Desde que me quedé viudo
me fui a vivir a casa de mi yerno.
Mi yerno a mí me quiero mucho…
y también a mi pensión.
Pero lo peor de todo
es aguantar a mi nieto,
to el día pa arriba y pa abajo,
na más que me da trabajo,
ese niño es un mamón.
Las tardes me las llevo enteras
sentao en el sofá
jugando a la Play Station.
“Abuelo, juega conmigo,
a los combois y a los indios,
venga, abuelo, por favor”.
Y yo como un gilipollas
hago caso al niño,
él se viste de comboi
y yo de indio
porque yo el indio lo hago mejor.
Y pa comer, y pa comer
con la cuchara le hago al niño
el avioncito.
Una pa ti, y otra pa mí,
tiene cojones,
ahora me gustan lo potitos.
Este chaval me va a matar,
el día entero me tiene p’allá y p’acá.
La que paso por las noches:
“ponte el pijama”,
a caballo hay que llevarlo
para la cama.
“Abuelito, dame un beso,
hasta mañana”.
Cuando se queda dormío
y lo estoy mirando
allí me quedo pensando:
¿Cómo puede haber un malnacío
que a un niño le haga daño?
José Manuel Gómez, José Manuel Cornejo, la agrupación
‘Más p’allá que p’acá’ – 2009