Es la guitarra mocita
hasta que muere de vieja,
tiene tan grande su alma
que el hombre la respeta
en una noche estrellá
como una novia
se deja ella acariciar
y el abrazo del galán
la hace dichosa.
Es tan delicá su alma
que cuando besan su boca
los dedos que la acarician
al contacto surgen
notas misteriosas.
Es cien por cien andaluza,
es de las ocho provincias
tiene el dejillo de Huelva,
habla el fandango alosnero
y tiene el de malagueñas.
Habla también granaínas
y el de Córdoba en serranas.
Habla los cantes mineros
y de Sevilla las sevillanas.
Habla el cante de levante
de las tierras de Almería
y se entrega en cuerpo y alma
cuando habla el dejillo de las alegrías.
Enrique Villegas Vélez
‘El oro de Andalucía’ – 1964