1988 fue un año extraño porque faltaron autores de renombre como Antonio Martín, Pedro Romero, Joaquín Quiñones… además de por ser el año en que sus autores nunca volvieron a ganar un primero. Eso no quiere decir que en el Carnaval de 1988 Caracol no cantara coplas. Y es que Martín montó una magnífica antología y recorrió toda España con ella y sus mejores coplas.
En 1989 vuelve Martín al teatro con una idea que rescata de una comparsa que no fue tal. En 1976 Martín quería sacar ‘Mascarada’, pero ante la noticia de que Pedro Romero sacaba ‘Carnaval 76’, decide cambiar de idea. En 1989 retoma parte de la idea y se presenta como ‘Tras la máscara’. Esta comparsa incorpora a otros componentes como Juan Fernández. La agrupación gustó muchísimo pero se tuvo que conformar con un segundo premio, por detrás de ‘Nos quedamos de piedra’, de los hermanos Alcántara.
En 1990 vuelve a subir a lo más alto de podio con una comparsa preciosa y muy gaditana, ‘La mar de coplas’. Todavía hoy es recordada por sus sombreros que simulaban un barco y por sus maravillosas coplas. Antonio Martín vuelve a triunfar y con él Caracol, dueño indiscutible del centro de una comparsa que sonaba de maravilla.
Y a través de esta copla
hoy quiero volver
a mis coplas primeras
cual romántico,
perderme en los recuerdos
con mi fantasía,
recuerdos que me evocan
aquella niñez,
el primer pasodoble
simple y clásico
de un niño medio loco
que por ignorante
se volcó en piropos
sin saber qué hacía.
A través de esta copla
quiero regresar
hurgar en el blog de notas
de mi corazón.
Hablar con el tanguillo
que se iba perdiendo
y a la Rosarillo
del cielo cayendo
la serpentina
a decirle: “chiquilla,
asómate al balcón”.
Tomar entre mis manos
de nuevo a la rosa,
pensar que sigo siendo
su fiel jardinero,
sentirme gaditano,
piconera hermosa,
viendo cómo derrochas
la alegría al llegar febrero.
Gritar que sí señor yo soy de Andalucía
sin miedo a sonrojarme
quiero que se sepa
que todavía me muero por este rincón
lo mismo que muere el sol
fundío en el crisol de mi hermosa Caleta.
Al año siguiente no iba a ser menos la comparsa y el carnaval vuelve al Falla con otro primer premio de Antonio Martín. ‘Encajebolillos’ también es una comparsa considerada por muchos como la mejor de su autor. Es el último primer premio de Martín con dirección de José Pérez Toledo, Pepe el caja. El tipo era de gitanos vendiendo sus encajes de bolillo, una comparsa muy flamenca donde Caracol volvió a demostrar que era una de las mejores voces del carnaval.
Vendiendo mi mercancía
miro pa arriba, pa los balcones,
y el Cai que yo camelo
veo en el cielo de blancas torres…
No sé yo si le han cantao
pero Undivé me ha mandao
que le cante yo a tus torres,
un Cai que se levanta
y que en el cielo se planta
soñando tiempos mejores.
Las torres que eran vigías
del Cai que recibía
grandes riquezas de un mundo nuevo,
torres más gaditanas
que un pregón de caballas,
son encajes der sielo…
Cuando por colocar
dos tiras de encaje
recorro Cái tus calles
y miro tus edifisios,
lacha me dá mirá
que mi mercansia
compararse no podría
con ese encajebolillo…
Ay, que en sielo Cái se puso a bordá
y bordó esas torres
de hilos de plata que le dio er mar
Ay torres blancas de cal,
ay mis torres gaditanas,
mi encaje quiero cambiar
por la gloria que ar mirar
como la sal se derrama.
Ya este gitano cumplió
lo que Undivé le ha mandao,
porque esas torres
son un encaje mucho mejor,
son un encaje que hizo Dio
y el cielo lo ha bordao.