Hace unos días, en nuestra entrada dedicada al Día del libro nos dejaban un comentario en el que, entre otras interesantes cuestiones, apelaban a la concepción del libreto como un material de investigación para musicólogos e historiadores que tendrían en ellos un reflejo de lo que somos como sociedad.
Esta idea, que comparto fielmente, me ha llevado a hacerme varias preguntas: ¿Siguen siendo los libretos un fiel reflejo de la sociedad? ¿Sigue existiendo ese “periodismo cantado” del que hablaba Ramón Solís? Mi respuesta es que no o, al menos, no tanto como hace unos años. El “aquí y ahora” en el que se ha instalado nuestra vida nos hace estar en contacto con todo lo que ocurre en el mundo a tiempo real y es que, gracias al avance de las tecnologías, la inmediatez ha venido para quedarse. Por este motivo, todo se vive con mucha intensidad, pero, quizá, durante un periodo de tiempo más limitado. Esto ha hecho que ya los repertorios no sean tanto un reflejo de lo acontecido durante el año, sino que los autores apuestan por lo que acaba de ocurrir. Un ejemplo de ello ha ocurrido este mismo año cuando el coro de Luis Rivero ‘El mayor espectáculo del mundo’ cantó un cuplé a la sentencia en el Caso Nóos el mismo día en que se dictó.
Ya es difícil encontrar en un repertorio una referencia a algo que haya sucedido meses atrás, quedando ésto relegado, prácticamente, al ámbito electoral, mientras que antes se le cantaba a todo lo que había ocurrido durante el año, dándose el llamado “periodismo cantado”, es decir, un reflejo carnavalesco de los acontecimientos relevantes de Cádiz, España y la Humanidad.
Sí estoy de acuerdo en que el carnaval de Cádiz sea un reflejo de la sociedad y, como ella, evoluciona y cambia sus formas adaptándose a la realidad que nos rodea. La sociedad de hoy está muy influenciada por las redes sociales y estas viven en un flujo constante de información que nos hacen vivir en el “trending topic para hoy y hambre para mañana”. Lo que ahora es motivo de discusión deja de serlo mañana, dentro de una semana o dentro de cinco minutos y eso también ha llegado al carnaval. Se ve poco probable que el resultado de las Elecciones Francesas de las que ahora todo el mundo habla se vea en alguna copla porque en febrero de 2018 ya no nos acordaremos de qué votaron los franceses el Día de la Madre.
Para terminar, solo tengo que aclarar que esto no es nada malo ni que vaya en contra del carnaval, sino que, por el contrario, es un síntoma de que nuestra fiesta está viva y va evolucionando con el paso del tiempo, tal y como lo hacemos con la sociedad. Por ello, más que periodismo cantado, creo que el carnaval se ha asentado en un “Twitterismo” cantado donde se manda la copla inmediata del último acontecimiento acaecido, una letra que será muy bien acogida por el público del Falla pero que acaba cayendo en el olvido.
Manuel Jurado
(El Pater)
2 comentarios
No puedo más que suscribir todo lo dicho y desear que, al menos en algún caso, volvamos a un carnaval más reflexivo que dé lugar a coplas centradas en acontecimientos no tan de actualidad. También es interesante escuchar opiniones de algo que ocurrió hace un tiempo y, por lo tanto, más meditadas.
Esta inmediatez ha afectado al carnaval del modo en que comentas y, además, también en cómo se presentan los tipos y en el día a día del carnaval. Una persona muy activa en las redes sociales que deja chistes en las mismas y luego los utiliza en las agrupaciones dejará de tener gracia para sus seguidores. Una persona que deja en las redes sociales una reflexión que luego usa para un pasodoble no llegará igual a las personas que lo leyeron anteriormente. También se vive mucho más la vorágine de noticias y novedades.
Igual que se guarda el tipo, deberían guardarse los temas de los pasodobles, y esa inmediatez imperante tendría que relajarse un poco. Evidentemente, pedir muchas coplas concienzudas basadas en la temas antiguos no sería la norma, pero necesitamos echar un poco el freno, tanto en el carnaval como en nuestro día a día.
Grandísimo artículo.
Suscribo su opinión sr Jurado y también la de gadi. Efectivamente, vivimos en tiempos de inmediatez, efímeros si se quieren pero al hacerlo dejan huella e historia, la historia de como hoy vivimos y pensamos.
Quienes vengan detrás de nosotros y nosotras contemplarán de qué modo el Carnaval de la primera década del siglo XXI se escribía a golpe de noticia de última hora y como usted dice eso no es malo ni bueno, simplemente ocurre, como también antes se cantaba de otro modo y se tenía otra concepción de nuestra fiesta grande. Es por eso, que el Carnval, no me gusta la palabra evolución, se transforma, se adapta a sus circunstancias y lo que hoy vale ayer no. Puede ser que ahí radique su grandeza.
No obstante, en relación a su ejemplo sobre el coro de Rivero (que no es una excepción en este sentido) habrá dejado una historia, en este caso la de una sentencia casi a tiempo real, porque el tiempo siempre deja huella en forma de historia. Hoy, a los sociólogos, antropólogos, etnomsucólogos, etc les interesa también el contexto de esa historia y el Carnaval de cada año es nuestro contexto indeleble en forma de copla.
Un cordial saludo