Cuando Juan Carlos Aragón anunció que en 2007 su comparsa se llamaría ‘Araka la kana’ no fueron pocos los aficionados que dijeron “¿Eso qué es?”. Algunos apuntaban a la idea de una tribu o algo así pero era muy distinta la idea. Poco se sabía entonces que estábamos ante el hermanamiento definitivo entre dos carnavales importantes, el de Cádiz y el de Uruguay y es que ‘Araca la cana’, con C y no con K es una de las murgas más antiguas del carnaval de Montevideo. Juan Carlos Aragón decidió imitar los maquillajes, las músicas, los gestos y la pronunciación de aquellas murgas que desde siempre le fascinaron, no obstante, ya en el coro ‘Estamos en Babia’ de 1992 llevaban una canción de la murga uruguaya en el popurrí.
La comparsa sorprendió por lo distinta que parecía, por lo bien interpretada que estaba y, una vez más, por la calidad literaria del autor. El reconocimiento fue tal que en la final, en la que tuvieron una actuación apoteósica, obtuvieron el primer premio del jurado. Más tarde tuvieron la oportunidad de ir a Montevideo a intercambiar sus repertorios con la murga liderada por Catusa Silva, quien vino a Cádiz a disfrutar de su homófona con K. De entre las letras destacaron pasodobles como en el que Juan Carlos reconoce haber dejado atrás el mundo de las drogas y recomienda a la juventud que no coquetee con ellas, el pasodoble a los “sudacas”, el bello pasodoble a las noches o la dura letra a la negociación con ETA. Todas las letras desde la óptica de una murga uruguaya. Os dejamos con uno de los pasodobles más recordados.
Si hubiera otra mujer que a mí me encrucijara,
otra mujer que a mí por siempre me tuviera,
sería una mujer como la Luna llena
para que la llevara por bandera
y que jamás le viera la otra cara.
Si hubiera otra mujer así la llamaría
América Latina de mi corazón
y rompe y romperé a llorar,
que en la pacífica y atlántica marea de sus ojos vi
a la encarnación del segundo regazo,
dos océanos por brazos
y en su vientre un continente
que allí se descuelga del mapa
igual que si fuera el corazón
sin latidos de un hombre
que aparece y que luego se esconde
de verla tan guapa.
Y en los años que sufrí
haciendo Carnaval siempre de mí dudé
si le debí cantar a la misma mujer
o a América na más.
Porque tal como viví
y luché y crecí
con el alma en la mano,
siempre escuchaba la voz
de otro hijo de Dios latinoamericano.
Dentro de mi corazón
siempre oír latir el son
de un pueblo que era amigo y hermano.
Y aunque un inmenso charco separara
nuestra repartida solidaridad
la divina marea ya se encargaría de irla acercando,
y mira tú de qué linda manera por el Uruguay
estoy en Cai cantando.
Ese mismo año también pone música a la chirigota del Petra que en esta ocasión no consigue pasar a la final y se queda en semifinales con ‘Los que curaron a los tres tristes tigres’. Es su última participación con este grupo. Tendrían que pasar algunos años para volver a tenerlo en la chirigota.
En 2008 se centra solo en su comparsa, y qué comparsa. La segunda dirigida por Rubén Berea llevaba por nombre ‘La banda del Capitán Veneno’, de esta manera se le quedará el sobrenombre de Capitán Veneno y es que esta comparsa es de esas que se pueden escuchar en bucle para saborear cada verso.
“Dicen que pueblo que canta
pueblo que espanta sus males
por eso a Cádiz le salen
los males por la garganta
y así nunca se atraganta
con sus pecados morales
y al llegar los carnavales
mi pueblo hace una banda”
Así comenzaba un repertorio donde desgrana cuales son los venenos del gaditano: el mar, el carnaval, el Nazareno y el Cádiz C.F. En esta comparsa donde Juan Carlos sale de componente quedan letras como el pasodoble a la Soledad, la juventud, el “hisno” de España, etc. También ese año la comparsa sufre un desagradable incidente y es que se filtró el pasodoble cantado por un componente, de tal manera que cuando se cantó en el Falla prácticamente todos se lo sabían y es que se había difundido como la pólvora, incluso, en un dudoso y desafortunado gesto periodístico, la página web de un periódico local tuvo el audio a disponibilidad de sus usuarios. Este pasodoble era el famosos “Si caminito del Falla”, esa letra que resumía lo vivido el año anterior con el primer premio. Pero no nos vamos a quedar con este pasodoble sino con uno interpretado en la gran final:
Cuando los ojos abría
con dieciséis primaveras,
yo ya en el fondo sabía
que no estudiaría
carreras ni na.
Carreras la que me daba
para amarrarme las botas
antes que mi mamá preguntara
que cuando me daban las notas.
Luego iba a mirar
el termómetro cero
de mis sentimientos,
la mochila estallaba
de apuntes y libros,
malditas las ganas,
voy tan solo pa ver
si esa niña me quiere
como yo la quiero.
A clase de inglés
fui solamente pa decirle
“You, my love”,
a religión no fui con ella, entiéndanme
y de arte me echaban
por culpa del amor.
Clases otra vez
y de Aristóteles
decía la verdad,
que la república
no sé ni cuando fue
y “Yo te quiero”
no es sintagma nominal.
Solo aprendí a trompicones
que de una manera extraña
fueron los reyes de España
una mancha de Borbones.
Y también aprendí
que en esta sociedad
era de tontos estudiar
y malgastar la juventud
hasta que ya le dije:
“Tú, haz lo que quieras con tu tiempo,
cuando salgas de clase
te espero en mi calle
que allí ya te
seguiré queriendo.”