La pluma fuiste de la fiesta,
la pluma fuiste de la calle,
la pluma de la clase obrera,
la pluma de las libertades.
Siempre fuiste algo más,
siempre fuiste especial,
la pluma de los Carnavales.
Fuiste sensible
tanto o más que una mujer
para escuchar el llanto de una caracola
y fuiste duro como un hombre
pa luchar por nuestras cosas,
fuiste el puño que golpeó a la autoridad
y fuiste seda y almíbar
pa cantarle a tu ciudad,
fuiste el rosa
y el azul de nuestras coplas
sin tener nada que ocultar.
Se le conoció un amante,
uno de Santa María,
un gitano Nazareno
que allá por Jabonería
a maltraer te tenía.
Y en tus rimas confesaste
que una hembra era tu novia
que tan sólo con tus versos
llegó a sentirse en la gloria
en tres mil años de historia.
Siempre se habló con misterio
de tu condición de varón, de tu plante,
siempre se habló con recelo
y nunca entendí que eso fuera importante.
Yo me quedé con tus letras,
con tu compromiso, con tus ideales,
y con tu poesía que a Cádiz la hizo tan grande.
Yo me quedé con don Pedro Romero
como lo parió…
como lo parió su madre.
Constantino Tovar Verdejo
‘Juana la loca’ – 2011