La magia del Carnaval

por Gadi

El otro día estaba pensando en todo lo que lleva consigo el Carnaval, y el por qué éste es mágico.. Yo no soy autor ni he salido nunca en un grupo, pero me imagino que será algo como esto:

Una persona quiere sacar una agrupación. Tiene una idea, y quiere llevarla a cabo. Lo primero que hará será buscar otra persona que le haga la música, o bien, la hará él mismo. Ya ahí tenemos el primer factor que influye en el carnaval de Cádiz: el arte. Arte para componer una música. Una música sencilla o no, clásica o no, para chirigota, comparsa, coro o cuarteto. El arte sigue teniendo influencia, ya que el autor tiene que hacer uso de él para escribir los pasodobles, cuplés, popurrí y presentación. Y si no es un único autor, el arte aún tiene más trabajo por hacer.

Para los pasodobles normalmente hay otro factor que interviene: el sentimiento. Que al autor le duela Cádiz por algo que ha pasado, algo que quiera denunciar, criticar cualquier cosa… eso tiene que llegarle y sentirlo para que salga un buen pasodoble. O cuando narra alguna vivencia personal o algún hecho que haya pasado en los últimos meses. Pero el sentimiento no sólo actúa en los pasodobles, ni mucho menos. Si el tipo que el autor tiene pensado es de demanda, el sentimiento tiene trabajo ayudando al autor a escribir un buen popurrí o una buena presentación.

En las chirigotas y cuartetos, menos en la comparsa y coros (aunque no tiene por qué ser así), interviene otro elemento casi mágico. La gracia. Gracia a la que el autor tiene que acudir para escribir unos cuplés que por lo menos arranquen una sonrisa al público, gracia para escribir un popurrí de ocho minutos intentando que la gente lo pase bien en lo máximo de lo posible, gracia para presentarse también sacando una sonrisa, gracia para hacer que la gente pase un buen rato viendo a cuatro o cinco sobre un escenario interpretando un papel, y creo que esta gracia, la gracia del cuartetero, es la más difícil de encontrar.

Y todavía no he salido del periodo donde el autor o autores escriben la agrupación. Luego tenemos el periodo de ensayos, donde tenemos muchos más factores, casi tan importantes o más que los anteriores: ganas, ilusión, paciencia, compañerismo. Ganas para llevarse cuatro meses, o más si es un coro, para ensayar, ilusión de salir en una agrupación, que será el combustible para no rendirse, paciencia para ir viendo cómo poco a poco la cosa va sonando mejor, compañerismo para sentirse lo más a gusto posible dentro de la agrupación.

El arte, la gracia y el sentimiento, además de todos los otros factores y más que no voy a nombrar por no alargarme, vuelven a tener trabajo cuando el grupo, ya con todo el repertorio montado y bien ensayado, van o bien a un concurso o bien a la calle (o las dos cosas) a cantarlo con su gente, porque esa es la verdadera magia del carnaval, que los demás vean el arte, la gracia y el sentimiento.

El grupo tiene que tener arte a la hora de moverse por el escenario y cantando, arte para hacer que el público no se aburra, arte para hacer que el trabajo de tantos meses de tantas personas hayan tenido sentido. Gracia para interpretar el repertorio, sentimiento a la hora de cantar los pasodobles, que hay que defender como si lo cantara por primera vez, y hacer que ese sentimiento sea transmitido al público.

Si es que cuando digo que el carnaval es mágico, no lo digo por nada. Cada actuación es única, aunque el grupo cante las mismas letras: no serán los mismos movimientos, quizá no lo canten los mismos, ya sea por cambios en el grupo o por que falte alguno por alguna razón. El público tampoco reacciona nunca de la misma forma, ya que puede estar frío o con ganas de cachondeo, poco receptivo o receptivo al máximo.

Si tuviéramos un caldero donde mezclar todo lo que ya he dicho, tendríamos una fiesta única e inigualable, cada vez más expandida a lo largo y ancho del mundo: el Carnaval de Cádiz.

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