Aunque soy gaditano
me da pena de verdad
lo tengo que confesar
cómo se nos va lo nuestro de las manos.
Nos están manejando
sin dejarnos respirar
con muy buena habilidad
y lo malo es que nosotros nos dejamos.
Somos samaritanos
del que viene y del que va
pero nunca dejarán
de poner aquí su huella de visita.
A ver si espabilamos
de una vez por siempre ya
y al barrer lo hagamos siempre pa casita.
Que no podemos presumir
de los tanguillos por ahí
que se nos mueren siempre aquí
porque los gaditanos quieren sevillanas,
las sevillanas, las sevillanas
que ya es momento de elegir
que en la Caleta no caben giraldas.
Hasta en la festividad
de la patrona se incita
rocieros que quieren dejar
muy claro que ahí están
aunque sean de la Viña.
Es triste pero sí
yo alabo el gusto a Sevilla
porque por lo menos allí
defienden a morir
cada palmo que pisan.
Antonio Martínez Ares
‘¡Esto es Carnaval!’ – 1987