Yo sé que corren malos vientos
para los revolucionarios,
el mundo ya no es solidario
y el hombre mira para dentro.
Después de tanto sufrimiento
seguir la lucha es un calvario.
Libertad, se derramó por libertad
la sangre de la sociedad
y después de tanto sufrimiento
seguir la lucha es un calvario.
Ay, pena me da
cuando escucho las coplas
de los carnavales,
unas hablan de amor,
otras hablan de sí,
otras hablan de el
y otras no hablan de na,
dónde está el compromiso de nuestros poetas
que no va más allá de la playa
y de las tibias aguas de nuestra Caleta.
La voz de los carnavaleros
cuando llega febrero
ya no hace temblar,
ya hasta le aplaude el tirano.
Ya no despiertan la conciencia
de los más jóvenes que piensan
na más que en drogas y botellones
sin agradecer esta suerte
que entre él y yo luchando a muerte
hay dos o tres generaciones.
Hablar de amor, hablar de sí
y hablar de él, y hablar de na, sin compromiso
no es la forma de luchar
por la conquista de una tierra que se llame libertad
y que haga patria y su bandera.
Somos la palabra de los pueblos cada vez
que nuestras gargantas se liberan
y si nos vendemos por un premio mire usted qué pena.
Juan Carlos Aragón Becerra
‘Los parias’ – 2006