Maldita la palabra
que engaña a los humanos,
que es arma del canalla,
que es llave del poder.
Bendita la palabra
del que habla con sus manos,
la que sale del alma,
la que habla del querer.
Malditos los altares
que usando la palabra
embaucan a mortales
saqueándole la fe.
Benditos los poetas
que en su palabra mandan
y hacen de sus poemas
su forma de vencer.
Hay palabras que abren puertas,
que te absuelven, que condenan.
hay palabras que según
quien te las diga así pesan.
Los gobiernos nos engañan
con palabras a los pueblos
pero el pueblo con palabras
no interesa a un gobierno.
Hoy en la tierra un canalla
empuja al mundo a una guerra
y vale más su palabra
que la del resto…
que la del resto del planeta.
Constantino Tovar Verdejo
‘Los aprendices…’ – 2003