Como siempre aparece
por el parque los domingos
yo la he visto crecer
desde que aprendió a caminar
cuando niña buscando
como loca los columpios
donde hay niños jugando,
lo que es la felicidad.
Aquí mismo guardao
espejos para mirarse
reflejá en la fuente
el día de su comunión.
Y hasta aquella foto
que se hizo de piconera
por la que ella presumiera
diez años y tirabuzón.
Y grabao en un banco yo lo guardo
ese día que encontró el primer amor
el nombre del que fue tan afortunao,
ese que le dejaran aquí tallao,
el nombre del primer beso
que lleva clavao en el corazón.
Yo le arranqué, bendita hora
un ramito pa su boda
de mis jardines
para bañarla con su aroma,
vi como el fruto de su vientre
corrió con su misma suerte
cuando una tarde trajo a su niña para jugar.
Ay, qué tiempos aquellos
pensaba solita ya de viejecita en un banco sentá
cuánto este parque le ha dao
tantas cosas le ha regalao,
ya nada puede faltar
cuando escuchó
como un viejo tango
desde el Pemán así le decía:
“gaditana, gaditana
mi rosa temprana
la flor más bella de Andalucía”.
David Fernández, Eduardo Toledano y Francisco Martínez Mora
‘La tropa del parque’ – 2006