La semana de… Paco Alba (IV)

por El Pater

En 1961 Paco Alba se fue hasta México, no físicamente, pero sí en su comparsa, ya que sacó ‘Pancho Albachi y sus mamarrachi’, una agrupación que prepara en muy poco tiempo debido a la gira en Madrid con La viudita naviera. Quedó tercero y ese año Paco Alba no quería ni salir a la calle en carnaval. Lo consideró un gran fracaso.

1961 Pancho Albachi y sus mamarrachi

También en ese año escribió junto a Antonio Torres ‘Los afiladores de Orense’ con los que consiguió un accésit con un tipo compuesto con palabras en gallego. Ese mismo año, en cuanto terminó el carnaval, siguieron vinculados a la obra de Pemán, pero esta vez participando en la grabación de la adaptación que Luis Marquina realizó de La viudita naviera para el cine. De esta manera pudimos ver a Paco Alba y sus componentes actuar junto a actores tan importantes en aquel momento como Mary Santpere, Paquita Rico o Arturo Fernández.

cartelviudita

En 1962 descansó en la modalidad de comparsas, quién sabe si aún resentido por el fracaso de año anterior, aunque sacó el coro ‘El pájaro azul y sus matuteros’ con Gustavo Rosales “Agüillo” consiguiendo el primer premio de la modalidad.

1962 El pájaro azul y sus matuteros

Al año siguiente Paco Alba quiso sacarse la espinita de los mexicanos con un tipo muy de Cádiz: vendedores de barquillos de canela. ‘Los corrusquillos gaditanos’ consiguió el primer premio especial. Esa comparsa no solo se oía, sino que además se olía, ya que un farmacéutico de Cádiz diseñó unos aparatos que, a través de unos productos químicos, impregnaban el teatro de olor a canela nada más abrir el telón. Esta comparsa nos ha dejado otra de las coplas que han quedado en el recuerdo.

Me dijeron que Cádiz para el turismo
no tiene nada que pueda interesar
ni alcázares, ni alhambras,
ni algún tipismo
que nos muestre sus huellas de antigüedad
ni sus propias ruinas le quedan ya,
pero hay en la Caleta muchos indicios,
de la época, quién sabe de los fenicios
que con el tiempo lo ha sepultado el mar.
Por lo tanto, mi Caleta
es museo de antigüedades
pero hau que hacer palometas
para visitar sus naves.
Si yo tuviera riquezas
reconstruiría sus canales,
edificando lo mismo que Venecia,
y como suponemos que fué aquel Gades.
Aquí no hubo Reyes moros
que nos legaran mezquitas,
pero bajo esa agua hay un tesoro,
que viven como reinas las mojarritas.

 

En 1964 vuelve a sacar un coro junto con Agüillo, aunque ‘Los cinco latosos y uno más’ se quedan con un accésit. En comparsa Paco Alba sigue imparable y consigue de nuevo el primer premio con ‘Los fígaros’, un tipo inspirado en la ópera de Rossini El barbero de Sevilla. Ese año en una de las funciones del concurso Paco Alba se puso a escribir un cuplé mientras la agrupación se vestía para actuar e hizo a los componentes aprenderse la mitad. Había un partido de fútbol jugándose en ese momento. En los camerinos, Paco sabe el resultado, remata el cuplé y hace a sus componentes aprenderse la otra mitad. Al salir a escena lo cantaron y el público no podía creer lo que oía, ya que el partido del que ellos estaban dando el resultado se estaba jugando mientras el público estaba en el teatro. En ese año firma uno de sus pasodobles más bellos y recordados:

No es que la luna tenga luz de plata.
Como nos dicen algunos poetas
es que de noche se baña en las aguas
de nuestra tìpica y bella Caleta
y los reflejos de su verde laca
moja y empapa su gran pandereta
y con luz que a Cádiz le arrebata
luego ilumina el resto del planeta
que no nos digan pues esos rapsodas
que de la luna la plata salió
porque de plata son todas las
olas que mi caracola tiene alrededor
póngase usted en la Alameda
una noche a contemplar
esos millones de estrellas
que se enjuagan en el mar
y comprobará
la claridad y hermosura
que han querido desmentir
y que no es literatura
que es plata pura
y hasta el sol viene a morir.

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