Cristo pedía la presentación de orfebre y aquí está:
Soy feliz arrancando a las riquezas cada día
las migajas de oro puro y plata fina
encalando la pobreza “pa” vivir.
Sostener mi vejez con ilusiones de chiquillo
que renacen, como por encanto, en mi alma, cada año.
Carnaval, mi razón, mi veneno, mi pasión
mi verdad, mi perdición, sin ti me muero.
Renovaré, otra vez mi cantar de juglar.
Hoy mis ¡quieros! por “toa” la eterniá
te dan su garantía
sin condición, de corazón…
Joaquín Quiñones y José Martínez
“Orfebre” 1986