Yo nací en Leningrado
un catorce de febrero,
el termómetro marcaba
treinta grados bajo cero.
El doctor quiso meterme
dentro de a incubadora
Yo le dije tiritando
“Méteme en el microondas
y déjeme un par de horas”.
El día que me bautizaron
yo cogí una pulmonía
porque el agua de la iglesia
no veas tú si estaba fría.
Mi papá le dijo al cura:
“póngale al niño Guillermo”.
Y yo le dije a mi padre:
“como el agua esta tan fría
porque no me pones el termo”.
He venido hasta aquí desde Rusia
con el abrigo, con el gorro y con las botas
mi mujer me dice que en Cádiz no hace frío
pero por las noches “hace fresco, carajota”.
Voy a aprovechar que llevo puesto el uniforme
para sacar una chirigota y hago el chufla
pero si caigo gracioso
lo mismo gano el concurso
y me llega pa una estufa.
Y si mis coplas no gustan
te pido perdón por las molestias que te causo
pero como tengo tanto frío,
como tengo tanto frío
solo busco el calor de tus aplausos.
José Guerrero Roldán y Francisco José Fernández Díaz
‘Los que se vinieron de Leningrado porque no era de su agrado’ – 2002