Otro año estamos aquí,
otro año vamos a cantar
un tanguillo caletero
hecho en el Puente Canal.
Otro año estamos aquí,
otro año vamos a luchar
sin careta ni pentagrama,
solo a golpe de compás.
El compás que me traen las olas
desde el castillo de Sancti Petri,
el compás que me trae la magia
de los fenicios desde el Oriente,
esas olas que desde Rota
se van metiendo por la Bahía
y mi piel se estremece en su bajamar,
bajamar de Caleta y su verde mar,
piel que se llena de sal.
Con la sal de los esteros,
con la sal del marinero,
sal de la Bahía, del cañaílla y del chiclanero,
con la sal de los obreros,
con la sal del Astillero,
sal de Matagorda, sal de la Cachucha,
sal del Río San Pedro.
Con la sal de la almadraba,
al atún o a la caballa,
mi castillo de Rota,
mi rivera de El Puerto.
Sal de la Bahía
que se vuelve tango
en los caleteros.
Sal que nos une al compás
de mi tango de Cai,
tango del Tío la Tiza,
de Cañamaque y sus Salineros.
¡Viva el tango de Cai!
que es lo más bonito y lo más salao del mundo entero.
Rafael Pastrana Guillén y José Ramón Zamora Cabeza
‘Los voluntarios’ – 2002