Con un rayo de luna que el cielo ha prendío
al calor de la noche me pude inspirar
entre cintas de capa nació este tanguillo,
un tanguillo de Cai que lleva el compás,
compás de una tierra que es marinera,
que sabe a historia y a libertad.
Esa tierra de Cai donde me crié,
mi tierra de Cai donde he vivío
y a la que siempre le cantaré.
Dando vueltas sin rumbo fijo
un dominguito por la mañana
casi sin darme cuenta
y sin pensar me encontré en la plaza.
Esa plaza que encierra tantas cositas,
tanto gaditanismo, tanto tipismo, tanta alegría,
tanto sabor añejo y cuánta gracia y sabiduría.
Allí todo era como siempre,
allí casi nada ha cambiao,
allí se ha detenido el tiempo
para el encanto del gaditano.
Un olor a sardina asá
y a tortilla de camarón
que a las doce de la mañana
es un perfume embriagador.
Una vueltecita
por los baratillos
donde nada es caro
si se aprovecha bien la ocasión.
O te vas pa casa
con una herramienta
sin saber pa qué sirve
ni quién la mare que la parió.
Cuando ya estás harto de andar
una copa de buen vinillo
te la tomas en ese bar
donde cantan siempre tanguillos.
Pero en la Tienda de la Cabra
que fue famosa en los carnavales
y se reunían las chirigotas para cantar
han puesto un hermoso banco
ay, viva el salero
para que luego no digan
que el Carnaval no deja dinero.
Antonio Miranda López y Julio Pardo Merelo
‘Noche de ronda’ – 1989