Desde su enclave la Caleta
ha sio testigo de la historia,
entre levantes y mareas
cuánto nos guarda su memoria.
Dentro la sal que en tu mar flota
con la textura de tu arena,
belleza quieta de las olas,
esa es la roca ostionera.
Cuando el fenicio nos fundó
hizo de Cádiz un entramao de callejas
y sus cimientos los labró
con las entrañas de la piera ostionera.
Después Cartago
dio paso a Roma
y en su legado
un circo dejó
basao en nuestra roca.
Si nos dijo el gran poeta
que un tesoro había en la orilla,
que vivían las mojarritas
bajo el agua como reinas,
como corresponde al rango
en su vida marinera
verían la roca ostionera
como si fuera un palacio.
Se te puede contemplar
cuando estás en bajamar
la leyenda al descubierto
que en tus poros se respira,
qué de versos y secretos
has guardado de noche
junto a las barquillas,
estandarte de una playa
monumento en piera
que labró la orilla.
Constantino Tovar Verdejo
‘La botica’ – 1997