Cuando nace un gaditano
nace un claro de la luna
que se bautiza con agua del mar
bendita de sal y de espuma
Tacita de Plata es su cuna
y su nana carnaval.
Un gaditano al nacer
tiene que hacer de su llanto
un grito para beber
de un pecho lleno de encanto
que a la vez que le calme
su garganta sedienta
otro pecho a su vera
mil canciones le cante.
Cuando nace un gaditano
estalla el milagro de la primavera
sea la estación que sea
y los astros se alinean
deteniendo el temporal
para que el mundo florezca
y cada día parezca
sábado de carnaval.
Cuando nace un gaditano
y lo arrulla entre sus manos
una divina gaditana
el miedo sale volando
por esa misma ventana
por la que entra la alegría
que es el pan de cada día
de su fiel alrededor
y, con sabanas de amor,
sana todas las heridas.
Cuando una gaditana
agiganta su vientre
le corona su alma
tal estrella de oriente
que hasta los dioses quisieran
volver a nacer
y ser de Cádiz para siempre.
Juan Carlos Aragón Becerra
‘La gaditaníssima’ – 2019