En la ciudad de Cádiz,
corriendo el año de mil ochocientos doce,
se escribieron en negro sobre blanco
los primeros derechos de los ciudadanos,
y tras doscientos largos años
se ven amenazados
por los políticos que estuvieron,
por los que están
y seguramente
por los que vendrán.
Me tiembla hasta el espolón,
qué ganas de despertarte,
ya es hora de levantarte,
que van pa dos siglos haciéndote el remolón.
Aquí ya tuvimos en las manos
tesoros los gaditanos
pero ya no puedo más,
que a esta bendita ciudad,
trimilenaria y gallarda
hace falta despertarla
con gritos de libertad.
Y al salir el sol
en nuestra bahía
cuando de vigía,
siempre en formación,
en nuestro bastión
desde Puerta Tierra
y hasta la Caleta
levanto la voz,
que ya no suenan los grillos
y ahora por los patinillos
sólo suenan los gallitos
enseñando su espolón.
No te hagas el remolón
que aquí están los gallos
con estas plumas enredadas al mostacho
por defender tu constitución.
Soy el Cádiz que despierta,
que no se queda quieto como las piedras
y que defiende a la Pepa,
que es nuestra constitución.
No te hagas el remolón
que aquí están los gallos,
si te queda honra muchacho,
también saca tu espolón,
también saca tu espolón
poniendo a Cádiz en tu corazón
que le vamos a decir nosotros
lo que es un derecho a toa la nación,
saca tu espolón,
saca tu espolón,
saca tu espolón.
Se observa al enemigo
cerca de Consistorio,
desfilan mu tranquilos
todos pal Oratorio
en traje de chaqueta,
qué uniforme más raro,
y es porque somos todos
los que se los pagamos,
en coches oficiales,
los bolsillos hasta arriba,
y en vez de una guerrera,
pronunciada barriga,
armados de palabras
y mentiras canallas
que el pueblo se las cree
y así ganas batallas.
Se vayan pa Madrid
con toíto su cuento
y me dejen resistir
con mi constitución
y sin ningún derecho.
Fuera de aquí,
tanto acontecimiento,
o es que van a celebrar
doscientos años ya
de Cádiz casi muerto.
Casi sin trabajo y en lenta agonía
Cádiz sobrevive en la melancolía,
monos de Astilleros en las azoteas
mendigan futuro, qué bonita era,
y aunque ponga claro que esos es un derecho
ellos malearon como un carrusel,
no se preocuparon nunca de tu sueldo
ni los socialistas ni los del PePé.
Llevo treinta años así resistiendo
viendo a las empresas desparecer,
y los gaditanos siguen en silencio,
a ver si despiertan de una puta vez.
Llevo treinta años votando a los mismos,
siempre sus mentiras me hicieron creer,
maldita codicia y puerco egoísmo
mientras Cádiz muere y sigue sin tener trabajo.
En Cádiz pa que se sepa
se crearon los derechos
en mil ochocientos doce
que tengamos todos techo,
y digo que era un derecho
de la España grande y libre
menos pa los gaditanos,
esos que de lijo viven.
Y yo es que no me lo explico
que haya viviendas vacías
habiendo padres familia
que andan ya desesperaos,
su mujer atacá de histeria
sus dos hijos con la suegra
y él durmiendo por tos laos,
ay maldita la impotencia
del que está en la puta calle
tirao, tirao, tirao.
Y ahora aquí vendrán politiquillos
con chalés y grandes pisos
para celebrar la Pepa
y a todos van a llenar de agasajos,
pa mandarlos al carajo,
por pasar de nuestra tierra.
Pa que nuestros chavales tengan casa,
no se tengan que ir a buscarla fuera,
pa que no duerma nadie en los cajeros
ni por techo tengan cielo,
quien no haga na por Cai
se muera, se muera,
por malo se muera.
Los gallos generales,
de Puntales a los corrales,
de San Carlos hasta el balón,
somos gallos de pelea,
vigilantes en la azotea
de Loreto al Corralón.
Vamos a despertar del largo sueño,
que merece la pena luchar,
vamos a defender to tus derechos
y el cielo en Cádiz va a clarear,
y habrá un futuro pa mi ciudad.
Otra vez yo vuelvo a ser
un soldado en Filipinas,
voluntario yo seré
que con sangre tu salida
y mi sangre lucharé
pa que empiece a amanecer.
Vamos a luchar por tu bahía
pa que haya dónde trabajar,
vamos a sentir esa alegría,
en esta tierra no hay que emigrar
y aquí tengamos …
Con el corazón y el alma entera
gaditanos que es su deber
vamos a desterrar tanta miseria
y que despierte ya de una vez
pa que comience el amanecer,
y que despierten ya de una vez
pa que comience el amanecer,
el amanecer, el amanecer,
el amanecer.
* * *
Rafael Pastrana Guillén
El amanecer, 2012