Con aires de la Caleta
volando cual gaviota,
llegamos desde la Viña,
cantando niña
con este tango, con este tango.
Ya suena nuestra falseta,
se llena el cielo de coplas,
de coplas que manifiestan
nuestra presencia
de 15 años, de 15 años.
Y en este nuestro bagaje
hemos visto en el paisaje
tantos pájaros volar
que hemos decidido contagiarnos
y así, revoloteando,
disponernos a cantar.
Barquita de luz,
de plata y sal,
no te extrañes tú
de este disfraz,
que de cualquier forma
soy gaditano, soy gaditano,
el mismo que cantó
gloria de un liberal
y acabó su historia
de veneciano, de veneciano.
Ese mismo llega aquí
para volverte a repetir,
mi gaditana, mi gaditana,
que vuela mi corazón
porque febrero ya entró
por tu ventana, por tu ventana.
No te quieras resistir
y ponle a tu fantasía
alas blancas y a volar.
Vuela tú conmigo, mi lucero,
y en los albores del cielo
bailemos juntos a compás
este tango alegre que te canto
y verás chiquilla cómo gozamos
en gaditano, en gaditano,
en gaditano por carnaval.
Antonio Burgos Belinchón y Antonio Martín García
‘Los pájaros’ – 1992