Yo no sé si a donde voy
será lo que llaman cielo.
Pero lo que llaman Tierra
ha sido todo lo contrario.
No me hables de Jesús
que no me sirve de consuelo,
no fue única su Cruz
ni exclusivo su calvario.
¿Quién pidió permiso a los mendigos
para soportar la nada?
¿Quién pagó la vida del soldado
a la mujer que lo esperaba?
¿Quién hizo a la Iglesia
que bendijo la miseria y los cañones?
¿Quién pintó fronteras en el mundo
y banderas en las naciones?
¿Quién votó a un criminal
para acabar con una raza?
¿Quién es el hombre?
¿Quién es el hombre?
¿Quién arrancó de su vientre
al huerfanito inocente?
¿Quién lo compró con dinero?
¿Quién dijo yo soy el rey
y mi palabra es la ley
y ley es lo que yo quiero?
¿Quién hizo que los bandidos
fueran gitanos prohibidos?
¿Quién inventó a la serpiente?
¿Quién levantó las murallas?
¿Quién perdonando a canallas
fue condenando a la gente?
No sé si me voy al cielo
pero de aquí por lo menos
me voy para siempre.
Juan Carlos Aragón Becerra
‘Los condenaos’ – 2001