Tres escaleras de Cádiz
son fieles amantes cada febrero
de la fiesta que más quiero,
tres amantes del coplero
tres almas del carnaval.
Una, la más chiquitita,
detrás del teatro es un hervidero
de to los chavales
que al ver esos tipos nuevos
sueñan sin entrada
que su escalera es el gallinero
con su radio al frío
y un techo de mil luceros
solo pensando en la hora
de ser un día chirigotero.
Otra es la de la facultad,
el jurado más popular
para el que no logra triunfar
o pa el que ganó en la final.
Cuántos momentos de gloria
en el carnaval allí comenzaron,
cuántas coplillas de llantos
con esas palmas se consolaron.
Llegó la fiesta a la escalera
más familiar, a la de Correos.
Llegó la fiesta con sus ganas
de disfrutar, viva el cachondeo.
Llegó pa el que quiera arrancarse
con sus letrillas de pitorreo.
Las tres, las tres, peldaños del carnaval
escalones sabios que por febrero
son cultura de nuestro pueblo.
Quiero a las tres
y no preguntarme con cuál me quedo
que sus piedras son escenario
donde el alma remonta el vuelo
que aquí en Cádiz tres escaleras
son suficientes para el que quiera
tocar el cielo, tocar el cielo.
Antonio Rivas y Julio Pardo
‘La prevención’ – 1999