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Ensayos, días de ensayo,
es una etapa necesaria en la comparsa,
en ellos se forma el sentimiento
y la hechura de lo que se canta.
La historia del comparsista,
en este caso de un comparsista cualquiera,
queda reflejada en nuestro canto,
reconociendo toda su entrega.
Termina de hacer su trabajo
y en algunos casos sin pasar por casa,
directo al ensayo a pegarle fuerte.
Se olvida de to los problemas,
solo le preocupa que su pasodoble
le guste a la gente.
La voz, le duele la voz,
y nunca le importa repetir cien veces.
Termina con un pasodoble
y está deseando aprender el siguiente,
y luego, en los Carnavales,
se cantará mientras que el cuerpo resista.
Merece un aplauso la entrega de los comparsistas.
Luis Manuel Ripoll
‘Charanga’ – 1983