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Yo también tengo mi religión
con mis dioses inmortales
y les rezo una oración
todos los años por carnavales.
Mis apóstoles son doce,
estos doce que les cantan
y predican mis sermones
entonados con los sones
de acordes de guitarra.
Mi altar son las tablas del teatro,
mi templo es de ladrillos coloraos,
la misa se celebra por febrero
y van todos los creyentes,
que son los aficionaos.
Mi fe no necesita mandamientos,
las coplas son mi única doctrina.
Y el paraíso… y el paraíso
no tengo que buscarlo en otra vida
me basta una visita
al Templo de los sueños.
Por eso Carnaval de mis amores
si alguna vez me faltas
desciendo a los infiernos.
Autores virtuales y Pepe Martínez
‘Chirigota virtual 2006: los que viven dercarajo’ – 2006