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Cádiz de mar y levante
la del poniente y la sal,
la cuna noble del cante,
la bailarina, la navegante,
la puerta viva del inmigrante,
la de las quejas por carnaval.
Cádiz la de las ojeras por lágrimas blancas,
la de la arruga por la risa franca,
la poca seda y el mucho percal.
Cádiz de balaustrada,
de muros sin muralla,
Cádiz la de Fermín,
humano paladín
y Cádiz la de Falla.
Esa Cádiz me duele,
me angustia y me domina,
esa Cádiz me alegra,
quita mi razón,
me embruja y me ilumina.
A esa Cádiz yo sigo
llorándole su llanto,
riéndole su risa,
oliéndole su brisa
pues la quiero tanto
que pa ser un bendito
yo no necesito
ay, ni dioses ni santos.
Paco Rosado, Paco Cárdenas y Ramón Peñalver
‘Paco, baja aunque sea en pijama’ – 2004