La sangre es fuente de vida y dolor,
fluye desde nuestro corazón,
un torrente abriéndose camino
a través de las venas.
La sangre brilla desde su rojez,
a la niña convierte en mujer
par algunos puede suponer
la más triste condena.
La sangre es
el sendero del padecimiento
la sangre fue
una rúbrica de los tormentos.
La sangre hierve
por culpa de la injusticia,
la corrupción y codicia
de aquellos que nos gobiernan
y se estremece
si en el pecho se desvoca
cuando se besan dos bocas
y hacen que tiemblen las piernas.
Sangre que emana
de las pieles heridas
por disparos que acaban
con millones de vidas,
sangre escrita en los muros
silenciosos testigos
con palabras de muerte.
Sangre de reyes
que viven como reyes,
sangre azul por herencia
que implantaron sus leyes
a fuerza de violencia
y de la descendencia
que dejaron a suerte.
Sangre por la libertad,
sangre por la humanidad,
sangre que se corrompió
en la vieja guadaña,
sangre que contemplar nadie quiere,
sangre tantas veces derramada
de inocentes mujeres
no más sangre de mujeres.
Andrés Morales Troncoso y Raúl Gálvez García
‘El oro negro’ – 2018