Hay que ser carajote
para ir al Carranza
a ver un partido
gritando: “Puta Cádiz”
provocando ira
por nuestra ciudad.
Hay que ser carajote
porque en estos tiempos
no tiene sentido
tantas tonterías de rivalidad.
Hay que ser muy carajote
para gritar: “Puta Sevilla”
entrando al trapo del odio
y sacar viejas rencillas.
Un odio que queda antiguo
más propio de los ochenta
de vecinos y paisanos
que ya no nos representan.
Me representa sin duda
esa clase sevillana
que ovacionó cada marcha
de Rosario en la Campana.
Me representa aquí el Cádiz
ese buen aficionado
que en el pasado concurso
se portó sin condiciones
y al Bizcocho y a su grupo
les gritaba campeones.
Si son buenas da lo mismo
que hasta vengan de Sevilla
y to aquel que no comprenda
que somos almas gemelas
y siga con sus patrañas
que no pise más tu suelo
ni en Nervión ni en la Campana,
ni en el Carranza ni el Falla,
ni en el Carranza ni el Falla.
Iván Romero y Antonio Galán
‘Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos’ – 2018