La toquita de mi cuna
blanca como luz de luna
colgaba yo en mi balcón
y en vez de la roja y gualda
un encaje de la falda
de la madre que a mí me parió.
Nada más independiente
como los paños calientes
de mi ropa adolescente,
de rebelde, de rebelde sin motivo
y no ondeará en mi ventana, ventana
la tricolor pues mi alma
es mi equipo amarillo.
El baby de mi vieja escuela,
cada pañuelo de mi abuela,
esos sí son mis emblemas,
los pespuntes de mi ser,
de Cádiz una madroñera
y aquella sábana bajera
en la que a mi compañera
lavé por primera vez,
ese mantel de cada tarde
y la mortaja de mi padre
serán siempre el estandarte,
las costuras de mi piel.
El retal de un disfraz
que mis coplas cantó,
chaqueta en navidad,
bañador bajo el sol,
un jirón del batón
que mi hijo envolvió
cuando acabó su parto.
Esta es mi identidad
quienes me dan valor
y por las que combato,
banderas que pa mí son,
mi verdad, mi patria y mi pasión
las otras son trozos de trapo.
Ramón Manuel Ruiz y Jesús Romero
‘Se buscan valientes’ – 2017