Hay bancos que se alimentan
sacándote las entrañas
y bancos que te alimentan
con lo que pueden, con lo que apañan.
Hay bancos que tu dinero
solo te quieren robar
hay bancos que su dinero
al que le hace falta se lo dará.
Hay bancos llenos de buitres
esperando que te mueras
y bancos que son un cielo
donde sus ángeles te consuelan.
Hay bancos donde una vida
no importa más que una comisión
y bancos que por tu vida
se están dejando hasta el corazón.
En el banco de alimentos
no cabe un puto banquero
allí solamente vas a encontrarte
a la gente buena, la más solidaria.
En el banco de alimentos
la falta de humanidad de los otros bancos
te la compensan sin pedir nada.
Si no fuera por su gente
que arrima el hombro y que siente
que nuestra ayuda hay que compartirla.
Si no fuese por su labor
sería el banco ladrón
el que nos mataría.
Que si aquí pueden comer
un montón de familias
es gracias a todos ustedes
que igual que hizo Jesucristo
multiplicando el pan y los peces
le diste el pan al que no tenía
al que no lo tenía.
Francisco Javier y Manuel Sevilla Pecci
‘Los número uno’ – 2014