Hoy 1 de diciembre es el día contra el Sida, enfermedad con la que llevamos luchando 30 años, y un tema tan importante no podía quedar fuera de las coplas de carnaval:
Cuando arrancó el primer grito
la comadrona le dijo
«es un niño y es muy guapo»,
y ya tenía en la cuna
su ropita blanca luna
su babero y sus zapatos.
Pero cumplió nueve años
y el día de los Reyes Magos
la alegría se torció,
se abalanzó a una muñeca
y dejó la bicicleta
que su pare le compró.
Siempre ocultando sus gustos
por el qué dirán,
es preferible dos cuernos
a ser homosexual.
Por esas cosas que pasan
un día se enteró
que estaba condenaíto
a irse al cajón.
Desde niño tuvo que tragarse
«Fulanito es maricón»
o escuchar a su propia madre
«Dios mío qué habré hecho yo».
Como tantos en el mundo
se tuvo que resignar
a sufrir cada segundo
encerrao en un hospital.
Hace un año que San Pedro
fue a su cuarto a visitarle,
a él no le mató el Sida,
se murió en el mismo día
que le cambiaron los pañales.
* * *
Antonio Martínez Ares
La trinchera, 1996