Hoy se cumplen tres años desde que Juan Carlos Aragón presentó su última antología en Isla Mágica, un día muy especial para nuestro compañero el Marqués, como bien nos hizo ver en su crónica. Y como hay pasodobles inéditos que aún no hemos puesto por aquí, vamos a conmemorar esta fecha con uno de ellos. Disfruten:
De todos los hijos que tuve
y que sostuve entre mis brazos
hay una que de mi regazo
no se escapó mientras que pude,
hasta que entre sus juventudes
la despedí con mil abrazos.
Y lloré, como con ninguno lloré,
porque con ella caminé
hasta que entre sus juventudes
la despedí con mil abrazos.
Ay, su corazón
era un poco más grande
que el de los demás
Se moría por mí,
me manchaba de barro
y besaba a la vez
con su particular
mordedura de niña
de canina raza,
y de noche los ojos que abría
me daban calor
y encendían la casa.
Y fue con su piel de canela
la más fiel centinela
que mi sueño veló.
No era una hija cualquiera,
era la huérfana indefensa,
desobediente y sinvergüenza,
la más traviesa y libertaria,
la bondadosa infatigable
con el espíritu indomable
de las mujeres de los parias.
Y otra mujer, esta mayor
del pelo largo y raza blanca
le prohibió venir conmigo a la ciudad
porque su forma de entender la educación
no era la misma que la de los animales.
No le llamen perra a ninguna mala mujer
que mi perra no tuvo maldades
y me dio un cariño que jamás encontraré
en nadie.
* * *
Juan Carlos Aragón Becerra
Los parias, 2006