Ya estoy aquí, a lo hecho, pecho,
no me quedaba más camino,
no veas la cola que hay afuera,
no debería haber venido.
Y aunque no haga ningún mal
aún me queda dignidad,
me muero si me ve un vecino.
Una vez dentro ya te empiezas a relajar
y vas dejando atrás tu cruz y tu calvario
con la sonrisa que te brinda
al verte entrar un voluntario.
“Por lo que veo esta es su primera vez,
no se avergüence, tranquilo,
coja un plato y sírvase,
que estos fogones
son un cinco tenedores
que son dignos de un marqués”,
ay ay ay ay ah
Ya sentados en la mesa,
va perdiendo la vergüenza,
y al abrigo de un puchero
y un trozo pan tiene fuerza
pa levantar la cabeza,
y alli vio a los voluntarios
que por ti darían su alma,
corazones solidarios
que en este mundo canalla
dan todo a cambio de nada.
Ay ay ay ay ay ah.
Ángel te atiende en la puerta,
Milagros te sirve el menú de la casa,
limpia los platos Remedios,
Salvador recoge y cocina Esperanza.
Ellos no entienden de crisis
ni de predicciones ni tantos por ciento
de lo que entienden es de dignidad y de respeto
y hacen por esos que no tienen nada
más que este puto,
más que este puto Gobierno
Constantino Tovar Verdejo
‘Juana la loca’ – 2011