El norte un día perdí
pero gané la alegría
por un futuro mejor
tuve que abandonar mi tierra
pera buscarme las perras
y venirme a Andalucía.
Y cuando a Cádiz llegué
yo me quedé boquiabierto
no lo podía ni creer
llovía más que en Santander
pero yo aquí vi el cielo abierto.
Y me monté un almacén
para buscarme la vía
donde me sacrifiqué
donde este humilde montañés
entre los sacos se dormía.
Y poco a poco comprendí
que mi futuro estaba aquí
en esta tierra que la siento
como mía, como mía, como mía.
Y aquí me tienen despachando a medio Cai
regateándole en el peso a las Marías
haciendo cuentas y dejándole fiao
a quien viene con el hambre aquí escondía.
Hay una fiera que cuando viene le temo
porque me chilla, me discute y me porfía
hasta que un buen día nos callamos
y en tres meses nos casamos
para el resto de la vía.
¡Qué bien le ha ido al montañés!
ahora tengo dos chicucos
que han nacido en la bahía.
Chicuco limpia el mostrador y sácale brillo
que yo le sacaré un cuplé con mis nudillos
trae para acá las dos barricas de pescao
ya tenemos caja y bombo improvisao.
Coge la escoba que aunque sea de la montaña
le quito el palo y hago unos pitos de caña
porque llevo a Cai tan metía
y antes que me vea un día
en el patio de las malvas.
Ya ven que aunque sea de Santander
quiero hacer una comparsa
como las de Paco Alba.
Ya ven que aunque sea de Santander
quiero hacer una comparsa…
Por… por eso Cádiz me hace soñar
y ya no habrá quien me eché de aquí
aunque me tenga que bautizar.
Antonio Pedro Serrano y José Martínez
“Perdimos el norte” 2009