Eras casi nada cuando yo
te vi por primera vez
ese día nunca se me podrá olvidar
¿Quién podría decirme que eras una mujer?
¿Quién podría decirme que era yo tu guardián?
Sin darnos cuenta fueron pasando también los años
mi amor por tí fue a la par creciendo como tu cuerpo
que hermoso era dormir contigo entre tus brazos
no me importaba saber que yo era tu muñeco.
Pero te hiciste un día mayor
y me olvidaste en un rincón
sólo servía pa adornar tu habitación
ya jamás ni un hola ni un adiós
incluso el besito de por las noches no me lo dabas.
Lloré al saber que tú tenías un amor
pero creí que me moría cuando yo supe que te casabas.
Me llevaste a tu casa empaquetao
y allí fueron pasando días y días
me sentí entre otras cosas utilizao
y una de esas noches que yo estaba solo
como cuando niña miraste mis ojos
me llevaste a un cuarto y en una cunita
la misma en la que yo te vi
me pusiste entre los brazos
de la que hoy es tu hija.
Antonio Martínez Ares
“Entre tus brazos” 1988