Un flamenco no quiere guerra
por defender ninguna bandera
sin embargo hay una palabra
que por oírla su vida diera.
Nadie sabe qué significa,
de dónde viene o quién la dijera
pero cuando suena un “ole”
levanta los corazones
y las penas se llevan de otra manera.
Quién no habrá dicho un “ole”
sin pasar por tu lao
quién consiguió atraparme
y con sus andares
te dejó prendao.
Quién no lo ha sentío
que sobre el albero
ay tiritirititrin ay tirititran
hoy manda un torero,
un “ole” al greñúo
y a la amanecía
cuando el sentimiento
derrama en Santa María.
Y ese “ole” que en Falla sonó
ordenando a todos callar
y María lo pronunció
lleva yerbabuena a rabiar.
Un “ole” es la muestra viva de la alegría,
idioma de los flamencos
y la raza más castiza.
Un “ole” es tan solamente
la filosofía
de mi tierra bendita de mi Andalucía.
Luis Manuel Rivero Ramos y Miguel Ángel Moreno Gómez
‘El triángulo’ – 2011