Volvemos a nuestros análisis habituales para hablar en esta ocasión de ‘Los soldaditos’, comparsa de 1989 firmada por Paco Villegas y Bustelo que marcó mcuhísimo a quienes la escucharon en su tiempo. De nuevo nos sentamos para comentar cada una de las piezas de su repertorio para desentrañar todo lo que tiene que ofrecer esta agrupación.
Meditando meditando
me paso noches enteras
sentado en un escalón
en la escalera del patio
y mirando las estrellas.
Por más que quiero escaparme
al final tengo que mirar
a la luna que brillando
no me para de llamar
para que fije mis ojos
en su esfera de cristal
en ese momento donde
tan solamente hay silencio
intenta adueñarse
de mi atención y mis pensamientos
y me muestra su poder
sobre el resto del universo.
Soy un lunático porque al pensar
siento su embrujo sobre mí.
Gong, gong…
El sol, de celos el sol
la quiere tapar
y formar un eclipse.
Están los cometas alrededor
como locos sin saber
donde dirigirse.
Un son, le acompaña un son
para descansar
de luceros tristes.
Es una presumida,
una niña engreída
que piensa que sin ella
nada puede existir.
Luna de mis desvelos
que te adueñas de mí
y mis pensamientos
para que yo escriba
cositas de ti.
José Manuel Valdés, Francisco Javier y David Márquez Mateo
‘Los hijos del Lama’ – 1999
Hoy quisiera confesarme
con la verdad por delante
y decirle al mundo entero
que soy de Cádiz,
que es lo más grande,
de Cádiz, ciudad preciosa
capital de su provincia
pero yo no reniego
de Cai entero que es maravilla.
Y de Cai entero yo gozo
cuando voy por la campiña
o de primavera en la feria
cuando tomo manzanilla.
De Cádiz, puente en la sierra
o una playita de mar,
de Cádiz radiante y sincero
en el campo bello de mi Gibraltar.
Que yo soy de Cádiz
pero también jerezano,
que soy de la Janda,
que también yo soy serrano.
Que me siento provincia
que me siento gaditano
porque cuando abro mi mano
por mi Cádiz siempre brinda.
Por eso digo que ya es bastante
el manejo que han hecho unos pocos
por dividirnos, por enfrentarnos
al final pa ganarse unos votos.
Si fue mi abuelo de San Fernando
y mi abuela fue de Chiclana
porque voy a darle la espalda
a mis raíces y a despreciarla
que yo soy gaditano
de Cai entero y hay que mamarla.
José Marchena y Fernando Migueles
‘El gramófono’ – 1999
Nuestro programa de hoy tiene como punto de arranque al cuarto premio de coros de este 2022, ‘Tierra y libertad’, una agrupación con la autoría de Miguel Ángel García Argüez (El Chapa) y la dirección de Francisco José Oliveros Vega. Es la primera vez que este denominado coro libertario pisa la final y lo ha hecho con un auténtico sabor añejo de tangos.
Descargar programa (Duración: 25:16 — 23.1MB)
Las coplas que han conformado este programa han sido:
- Tango “Una patria es un idioma” de ‘Tierra y libertad’
- Tango “La primera luz del día” de ‘Tutti contenti’
- Pasodoble “Que tu ilusión lleve el timón” de ‘El reino de don Carnal’
- Tango “Alameda” de ‘Génesis’
- Pasodoble “Para el gaditano” de ‘Kadi city (ciudad sin ley)’
- Pasodoble “Cambió la luna” de ‘La caldera’
- Pasodoble “Dime tú” de ‘Pulchinela’
- Pasodoble “Si tú estás como una cabra” de ‘La legionaria’
- Pasodoble “Hartito de racanear” de ‘Los agarraos’
- Pasodoble “Me han dicho a mí tus vecinas” de ‘Los piratas’
Recuerda que también puedes encontrar nuestro programa en Youtube:
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Campo del Sur,
sur de las penas,
penas pa parar un tren,
tren junto al muelle y astillero,
astillero, ¿eso qué es?
Es el viento por las calles,
calles que dan siempre al mar,
mar alfombra de las barcas,
barcas que vienen y van.
Van mil palomas a las torres
a refugiarse del sol.
Sol que es cuñado de las dunas,
dunas, una ola y adiós.
A Dios lo solemos ver
los viernes en la catedral.
Catedral de mi querer,
plaza de la Libertad.
Ay, ay, ay, libertad, viva la Pepa,
Pepa en la Plaza de España,
España te debe vida
honra, gloria y hasta el alma.
Ay, ay, ay, alma en los duros antiguos,
antiguos como occidente.
Occidente si es Levante
si es Levante, no es Poniente.
Ay, Poniente, besos de sal,
sal, gaviotas, espigón,
espigón, luna posá,
posadita del mesón
del mesón sale una copla,
una copla es mi vida,
mi vida un pecado.
Un pecado esa es mi cruz
cruz, Campo del Sur
sur eres tú, tú siempre tú,
tú me tienes encadenado.
Antonio Martínez Ares
‘Los templarios’ – 1999
Qué lindo, qué lindo…
qué lindo sería
poder estar contigo
toda la vida, toda la vida
y es no más que tu presencia
gaditana y altanera
me está volviendo loquito,
loquito perdío.
Y hasta las coplas
que llevo en el alma mía
se están volviendo
cada vez más caleteras
y mis compases
de jaliscos y guajiras
se enamoraron de tu lindo carnaval.
Rinconcito marinero, ay marinero, marinero
nos cruzamos en el camino
y comprendí que mi destino
era dejar de rodar.
Y si no tengo una lupita que me quiera
seguro que encuentro una guapa piconera,
que si por mí la Guadalupe ya no vela
Rosario tendré en mi pechera.
Rinconcito, rinconcito
si es que aquí me muero
me sobra me sobra hasta el cielo.
Juan Manuel Braza Benítez
‘Los panchitos de Guardalajarra’ – 1999
Tres escaleras de Cádiz
son fieles amantes cada febrero
de la fiesta que más quiero,
tres amantes del coplero
tres almas del carnaval.
Una, la más chiquitita,
detrás del teatro es un hervidero
de to los chavales
que al ver esos tipos nuevos
sueñan sin entrada
que su escalera es el gallinero
con su radio al frío
y un techo de mil luceros
solo pensando en la hora
de ser un día chirigotero.
Otra es la de la facultad,
el jurado más popular
para el que no logra triunfar
o pa el que ganó en la final.
Cuántos momentos de gloria
en el carnaval allí comenzaron,
cuántas coplillas de llantos
con esas palmas se consolaron.
Llegó la fiesta a la escalera
más familiar, a la de Correos.
Llegó la fiesta con sus ganas
de disfrutar, viva el cachondeo.
Llegó pa el que quiera arrancarse
con sus letrillas de pitorreo.
Las tres, las tres, peldaños del carnaval
escalones sabios que por febrero
son cultura de nuestro pueblo.
Quiero a las tres
y no preguntarme con cuál me quedo
que sus piedras son escenario
donde el alma remonta el vuelo
que aquí en Cádiz tres escaleras
son suficientes para el que quiera
tocar el cielo, tocar el cielo.
Antonio Rivas y Julio Pardo
‘La prevención’ – 1999
Avante claro
por la bahía
paseó un barquillo de jornaleros
que no le tocaban sirenas
los grandes mercantes
pero se arrancaba siempre
por palmitas sordas
a las claritas del día
desde Cai a Matagorda.
En su cubierta no viajó
aquella célebre Tía Norica
ni navegaban alrededor
los barquitos de vela
como palomitas,
en sus barandas se asomaban
las buenas gentes
de los barrios obreros
que iban buscando la vía
reparando los cargueros
desafiando temporales
y mirando siempre al cielo.
No roneaba en aguas plateadas
ni era su rumbo mu pinturero
pero al compás de las olas
se cantiñeaban en su balanceo
alegrías de Aurelio el Tuerto,
coplas de ‘Los Sarracenos’.
En un cantil
de Gran Canaria se está yendo a pique
y entre todos hay que traer a Cai
pa siempre ya al vapor del dique.
Joaquín Quiñones y José Martínez
‘El circo’ – 1999
Conozco yo a muchas mujeres luchadoras
y defensoras del feminismo
pero también hay algunas
que en este demuestran mucho cinismo.
Todos debemos defender que las mujeres
no quieran ser las esclavas de toda la vida
tienen todo el derecho a trabajar
…paparapapapá…
y a callar al que diga
que solo sirven pa fregar.
Doctoras, funcionarias y alcaldesas,
abogadas ministras y licenciadas
trabajan día a día demostrando
que están perfectamente capacitadas.
Mujeres que han logrado liberarse
de tener que planchar, tener que lavar
y hacer la comida
ahora tienen sus muchachas
que le limpian toa la casa
y se encargan de los niños.
To por una miseria y, además, sin papeles
por lo visto hay mujeres
que para estar igual que el hombre
tienen que explotar a otras mujeres.
Javier Osuna, José Manuel Cornejo y José Manuel Gómez
‘Los pofesionales’ – 1999
Con la falseta vamos a montar
de forma sencilla y tradicional
las voces de nuestro coro
pa que suene nuestro tango
la orquesta te irá llevando
dando las notas y su compás.
Anoche yo tuve un sueño, qué fantasía,
soñé que llegó el Levante a San Juan de Dios,
entraba por la derecha cruzando nuestra bahía
con rabia como el que dice: “Aquí mando yo”.
Hablaba con tanto afán de sus cualidades
que muchos creyeron en el Levante sin vacilar.
Dijo que el Poniente se había cargao a Cai
conviene que ese mal viento desaparezca y no vuelva más.
El Levante limpia la mar, la playa y se destaca,
él procura que esta tierra esté tan limpia como la plata
pero el mar de Cádiz enfurecido le contestó:
“Tú limpia y sigue limpiando
y te sigues superando,
que limpias hasta los bolsillos
del más humilde trabajador”.
Viento, que soplen los buenos vientos,
que no te engañe el levante
ay, gaditano, de esa manera, de esa manera.
Viento, esos vientos bonancibles
que vienen con energía
pa que tus penas puedan hinchar.
Pobre marinera, hay que navegar
yo me estaba despertando
me acerqué a mi mesa,
mi silla, mi pluma y una cuartilla
pretendo olvidar esta pesadilla
porque todas las noches
la estoy soñando, la estoy soñando.
Antonio Miranda y Juan Antonio Lamas
‘El ventorrillo’ – 1999