A veces yo te comparo,
Cai, con mi vagoneta
por fuera eres como el hierro,
que no detiene ni el viento
y por dentro pura arena.
Y aunque siempre desvivo
en que no falte una canción
por más palas que te echo
hay como un demonio dentro
y no sale de la estación.
Dicen que perdiste el tren
hace ya como tres siglos
y razón deben tener,
se han oxidao tus olitas
a la altura del ayer,
te has convertido en un cuento
con las torres de papel.
Por eso sigo en tu caldera
porque al verte me das pena
día tras día, día tras día,
niña, ay, en vía muerta.
Ya no calienta tu fuego
porque el rescoldo coplero
de tu febrero, de tu febrero
no alimenta.
te juro si tú lo pides
que te pondría raíles
pa tus pies de plata fina.
¿Qué te han hecho criatura?
Arranca de una vez
que pueda ver tu vapor
que tengo hace años ya
negrito mi corazón.
Que si dejas de andar, mi lucerito,
a las llamas del carbón, ay del carbón, ay del carbón
me voy contigo.
Antonio Martínez Ares
‘El vapor’ – 1997