Meditando meditando
me paso noches enteras
sentado en un escalón
en la escalera del patio
y mirando las estrellas.
Por más que quiero escaparme
al final tengo que mirar
a la luna que brillando
no me para de llamar
para que fije mis ojos
en su esfera de cristal
en ese momento donde
tan solamente hay silencio
intenta adueñarse
de mi atención y mis pensamientos
y me muestra su poder
sobre el resto del universo.
Soy un lunático porque al pensar
siento su embrujo sobre mí.
Gong, gong…
El sol, de celos el sol
la quiere tapar
y formar un eclipse.
Están los cometas alrededor
como locos sin saber
donde dirigirse.
Un son, le acompaña un son
para descansar
de luceros tristes.
Es una presumida,
una niña engreída
que piensa que sin ella
nada puede existir.
Luna de mis desvelos
que te adueñas de mí
y mis pensamientos
para que yo escriba
cositas de ti.
José Manuel Valdés, Francisco Javier y David Márquez Mateo
‘Los hijos del Lama’ – 1999