Paseando una tarde por Cai
con nubes de extrañas siluetas
llegué al busto que Paco Alba
tiene puesto en La Caleta.
Allí me quedé conversando
de las cosillas que pasan
en nuestro Carnaval
y cómo había cambiado
lo que era una comparsa.
Ya apenas piropean a La Caleta,
será por no darte celos
como años atrás,
que en sus rocas encallaban
como perdíos barcos veleros.
Ya no se están
haciendo letras
a la mujer gaditana,
al Parque o a la Alameda
porque eso son horteradas.
Ahora se hace apología
de la droga y la bebida
y letras politizadas.
Al compás de bombo y caja
ya no suena el tres por cuatro,
hoy los cuplés son hablaos
y mucho, mucho contralto.
Bájate una nochecita
en un rosario de estrellas,
Cádiz te sigue esperando
aunque algunos crean
que la comparsa representa
cantar “El Vaporcito”
en las borracheras, en las borracheras.
Joaquín Quiñones y José Martínez
‘Los Mercenarios’ – 2001