Caleta, Caleta.
Mar y cielo.
Una vieja playa.
Rocas desgastadas
por tantas hazañas.
Y en el firmamento
hay cierto misterio,
y un pueblo perdido
duerme en sus entrañas,
y el rumor del aire
desprende un lamento
que desgarra el alma.
Es el embrujo sobrenatural
de esa diosa del mar
que se llama Caleta,
que adormecida en su soledad
se va haciendo inmortal
sin que nadie lo sepa.
Su viejo faro relevo del sol
en la noche es timón
para los marineros.
Viva la suerte de poder gritar
contemplando su mar:
Yo nací caletero.
Nace un nuevo día.
De nuevo amanece.
El mar se retira y descubre certero
rocas que abastecen
su mar adivino
Buscando la vida van los caleteros.
Mariscan y pescan,
y otros se contentan
con mirar su cielo.
Es el embrujo sobrenatural
de esa diosa del mar
que se llama Caleta,
que adormecida en su soledad
se va haciendo inmortal
sin que nadie lo sepa.
Su viejo faro relevo del sol
en la noche es timón
para los marineros.
Viva la suerte de poder gritar
contemplando su mar
yo nací caletero
viva la suerte de poder gritar
contemplando tu mar…
Caleta, Caleta, Caleta, Caleta
Antonio Martín García
“Caleta” 1980
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Una de las presentaciones más recordadas por los aficionados del Carnaval de la tacita de plata, todavía hoy cuando la comparsa de su autor la canta se sigue poniendo el público en pie para aplaudir la magistral obra que es esta presentación.
Es curioso que siendo una presentación muy laureada, la agrupación a la que pertenece no fuera a la final, Caleta constuye uno de los cajonazos más grandes de la historia del concurso. Con esta agrupación entre otras como “Cuba” de El Puerto de Sta. María, protagonizaron la famosa final de la escalera de la facultad, al lado del teatro Falla, en la que las agrupaciones cajonazo cantaron en la escalera de la facultad para la gente, un acontecimiento único dentro del Carnaval.