Y después de los héroes, tomaron el escenario “Los Monstruos de pueblo” dispuestos a capturar al público a base de risas que sonaron y no pararon de sonar durante toda la actuación.
El pasodoble a Ángel Cristo y el de los Premios Nobel fueron los que marcaron el comienzo dando pasó a unos cuplés que arrancaron las carcajadas del público, al igual que con los pasodobles. Y siguieron cantando y el público siguió disfrutando de las ocurrencias del Yuyu que con su particular modo de encarar una actuación, él solo ante el peligro y un público que llenaba en fondo sur del estado gaditano. Para finalizar la actuación, tras algunas coplas de antología, dieron paso a la cabronada, que hizo que los cimientos del estadio temblaran al grito de ¡Cabrón! de todos los presentes, incluidos el profesor y los becarios de la universidad de Alabama especializados en decir cabrón. El público estuvo volcado con la agrupación y les rindó una merecida ovación al final de la actuación.
