Yo no sé por qué en nuestra tierra
tenemos siempre esa absurda guerra
entre coplas y capirotes.
Yo no sé por qué la saeta
debe enfrentarse con la careta
si a las dos se las quiere igual.
No comprendo ese sentimiento
que separa en todo momento
religión y Carnaval.
Si es que lo que es divino
y lo que es humano para este pueblo
se separa tan solo en el tiempo
que a cada cosa se debe dar.
O es que acaso por disfrutar
en febrero hasta reventar
no es sincero quien va rezando
en el mes de marzo
cuando el Perdón va de recogía
si la fe no debe reñirse
con el reír ni con el cantar.
Si el compás que es bueno
lo mismo sirve pa un pasodoble
que pa que la horquilla
le marque el paso a los cargaores,
si después resulta
que muchos hombres en Semana Santa
son los que fueron antes gargantas
pa las coplas de Carnaval.
Son dos formas de sentir Cai,
son dos pasiones que lleva dentro,
una reza mirando al cielo
y la otra canta mirando al mar.
Dos amores tan verdaderos
que no debieron nunca olvidar.
Que ser capillita o chirigotero
es ser gaditano
y es no pensar que el vecino es malo
porque no cante o no encienda velas.
Vamos a respetarnos
nuestras costumbres y nuestras creencias
cada cual con su cruz a cuestas
porque tan cristiano es el que defiende
con un tanguillo a su propia gente
como el que en marzo escucha saetas.
Antonio Rivas y Julio Pardo
‘El coro’ – 1994