Te he pintado en tu habitación
en la casa grande encarcelao
olvidado para el mundo exterior
y de tu presente desligao.
Pintado en el lecho
donde se te mueren lentamente las palabras,
donde te rodean las arañas,
donde se enmarañan tus cabellos
y se van cayendo en la almohada.
Donde, en tu delirio,
llamarás a Gala
la de tu martirio, la del amor
que respetaba,
la que te inspiraba
todos los colores
y luego gastaba con los otros tus honores.
El loco genial se fue poco a poco
y se quedará pa la eternidad
el genio loco.
Pinta de azul lo que fue gris,
dale el capricho a tu memoria
con tu genial desenvoltura.
Pinta Salvador Dalí
claridad pa tus negruras
que tu vida la firmaste con tu pintura.
Francisco Javier Villegas y José Luis Bustelo
‘Los soldaditos’ – 1989