El día de los Tosantos
se eleva un bando en el cielo
por el cual todos los años
un ángel vuelve a su pueblo.
Como aquel reo en la cárcel
soltao pa cantar al Greñúo
del cielo se marcha un ángel
y vuelve al mundo y vuelve al mundo.
Y esta vez la suerte
me hizo un guiño amable
y se sentó a mi vera,
siendo a mí
al que los santos escogieron
pa bajar a la tierra.
Antes que nada has de saber
que en solo un día has de volver,
si esto no cumples
en ese instante serás piedra.
Ay, que bajé por la Alameda
y volví a rozarte,
me perdí en tus calles,
recordé los tiempos que pasé a tu vera.
Ay, me colé por el mercao
y entre aquella gente
no era diferente
ya que al fin y al cabo
yo fui gaditano.
El tiempo
se me pasó sentao en la playa la Caleta,
ya mi destino estaba echao en aquella arena
desde aquel día me convertiría en piedra.
Cuentan que esto en el cielo
una leyenda originó
con el paso de los años
que aseguran que en la Caleta
las piedras son gaditanos
que desde el cielo a su Cádiz bajaron.
Constantino Tovar Verdejo
‘El cielo de Cádiz’ – 1998