Vienen desde Chiclana y otros pueblos
hombres en bicicleta a trabajar
y el día que hace levante pa qué le cuento
después de hartos cemento darle al pedal.
Cuando llegan a casa van agotados
después de haber almorzado morcilla y pan
le dan un beso a sus hijos, ya se acostaron
se comen, si lo tienen, otro bocado
y a las seis de la mañana, vuelta a empezar.
Si a esto se le llama vida
que venga Dios y lo vea
parece hasta mentira
lo que un pobre se ajetrea.
Da pena verlos en fila
tristes por la carretera
sin más luz de esperanza que les dé vida
que el farol que alumbrando va su verea.
Hombres de Dios que luchando
llevan una vida completa
tú también vas llevando la cruz a cuestas
aunque la cruz se llame tu bicicleta.
Francisco ALba Medina
‘Corrusquillos gaditanos’ – 1963