Imagina que recibes de pronto una carta,
en el remite del sobre
tan solo “El barquero”.
En cuanto el sol sea una luna
vendrá a buscarte la barca.
Tienes veinticuatro horas
por si te quedaron cosas en el tintero, en el tintero.
Ya ni te acuerdas cuando viste a tus padres
y los besaste y les dijiste “os quiero”.
Que paseaste por el parque
y la tarde la pasaste con tus hijos,
sin un móvil, con ellos.
Que te abrazaste a tu hermano, ese hermano,
con un “hermano, lo siento”.
Cuándo cambiaste tu tiempo por el tiempo.
Y arreglaste con tu amigo este mundo podrido.
Hace tanto ya
que llevaste un ramo de flores
a la mujer de tus amores
y a sus pies le confesaste: “Me tienes enamorao”
Que visitaste a tu abuelo
y se te fue el santo al cielo
oyendo contar al viejo
batallitas del pasado.
Que te perdiste por tu barrio
y regalaste al vecindario
la risa de aquel chaval.
Estaban ahí, estaban todos esperando
tuviste muchos, muchos años,
en la barca puedes llorar.
Aviva tu seso y despierta
que dura muy poco la vía.
Ama con todas tus ganas
que lo mismo es mañana
tu último día, tu último día, tu último día.
Antonio Martínez Ares
‘La eternidad’ – 2017