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Uno de los grandes y hermosísimos pasodobles de la comparsa ganadora del primer premio en 2007 “Araka la kana” de Juan Carlos Aragón
Ni las noches de mayo en sábanas calientes
ni aquellas del Carranza de la primavera …
ni las de la Alameda abrazando al poniente
ni aquellas noches largas con mi gente
las noches malas y las noches buenas.
Ni las noches de Enero, últimos ensayos
ni las noches que un rayo me vino a caer
ni aquellas noches que sin luz ….
Me vi trepando por la calle en el deseo de tenerte a ti
ni las noches del pecado y el ruido
ni las que pase dormido …
ni las noches silenciosas donde tantas cosas se hablan
ni las noches que no tienen día que venza la noche,
porque hay días que no tienen noches que venzan al alba.
Ni las noches que pasé bebiéndome los libros y pensando qué
hasta el amanecer no iba a lavar mi mente con la claridad …
Ni noches de Carnaval donde me hice inmortal repitiendo estribillos,
ni la noche de San Juan cuando pude quemar a mi propio juanillo.
No hubo noche ni la habrá
más hermosa que la dulce noche que he pasado contigo.
Tu paseando tu cara bonita por esa almohada que era de los tres
mientras yo susurraba en tu oreja caliente canciones de cuna,
mira si fue bonita aquella noche que desde que fue ya no nos mira ni la luna
ni aquellas del Carranza de la primavera …
ni las de la Alameda abrazando al poniente
ni aquellas noches largas con mi gente
las noches malas y las noches buenas.
Ni las noches de Enero, últimos ensayos
ni las noches que un rayo me vino a caer
ni aquellas noches que sin luz ….
Me vi trepando por la calle en el deseo de tenerte a ti
ni las noches del pecado y el ruido
ni las que pase dormido …
ni las noches silenciosas donde tantas cosas se hablan
ni las noches que no tienen día que venza la noche,
porque hay días que no tienen noches que venzan al alba.
Ni las noches que pasé bebiéndome los libros y pensando qué
hasta el amanecer no iba a lavar mi mente con la claridad …
Ni noches de Carnaval donde me hice inmortal repitiendo estribillos,
ni la noche de San Juan cuando pude quemar a mi propio juanillo.
No hubo noche ni la habrá
más hermosa que la dulce noche que he pasado contigo.
Tu paseando tu cara bonita por esa almohada que era de los tres
mientras yo susurraba en tu oreja caliente canciones de cuna,
mira si fue bonita aquella noche que desde que fue ya no nos mira ni la luna
Juan Carlos Aragón Becerra
“Araka la kana” (2007)