Siendo una niña dejó el colegio
porque a su madre alguien tenía que ayudarla
que no eran estos tiempos aquellos
muchos hermanos y solita ella en casa.
Y una espina clavada le quedó de su infancia
que no sabe leer ni escribir lo que habla
y aunque es una ancianita, hace ya un par de meses
está yendo a unas clases pa ver si ahora aprende.
Y esta como niña con zapatos nuevos
se le ve radiante volviendo al colegio.
Mi madre está empezando a leer en una escuela
y viene por las tardes a enseñarme la tarea
y le rebosa el alma de ilusión si trae las notas
que mientras yo las miro se me pone hasta nerviosa.
Me dijiste de pequeño
que para ser importante yo tenía que aprender
pero a tí no te hizo falta
que pa mi eres lo mas grande
y no sabias ni leer.
Dicen que estas diferente
cuentan que te has vuelto loca
que se te ve por el barrio
siempre riéndote sola
bendita sea tu locura que vas leyendo las cosas.
Constantino Tovar Verdejo
“El Espíritu de Cai”, 2005