Me confesaba
con asombro un conocido
que de paso estaba en Cai
que esto era tan divino,
que es un insulto
que en el mapa se conozca
a la Tacita de Plata
como el trasero de Europa.
Pa darle nombre
a esta tierra no hay talento
porque tiene además de acento
un punto de admiración.
Yo no podía imaginarme
la belleza en tantas tardes
cuando el sol se va ocultando
por Santa María del Mar.
Yo no conozco una Alameda
donde el ficus se embelesa
con sus ramas en la misma balaustrá.
Ay, si la Viña, el Mentidero
y el barrio Santa María
hasta colgando macetas
tienen arte a porfía
no hay postales ni pinceles
que lo pueden describir.
Ay, si esa Punta San Felipe
parece que está diciendo
con sus dos brazos abiertos
al mundo entero
que con Cai hay que morir.
Joaquín Quiñones Madera y José Martínez González
‘La fábrica de tabaco’ – 1989