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Qué lindo, qué lindo…
qué lindo sería
poder estar contigo
toda la vida, toda la vida
y es no más que tu presencia
gaditana y altanera
me está volviendo loquito,
loquito perdío.
Y hasta las coplas
que llevo en el alma mía
se están volviendo
cada vez más caleteras
y mis compases
de jaliscos y guajiras
se enamoraron de tu lindo carnaval.
Rinconcito marinero, ay marinero, marinero
nos cruzamos en el camino
y comprendí que mi destino
era dejar de rodar.
Y si no tengo una lupita que me quiera
seguro que encuentro una guapa piconera,
que si por mí la Guadalupe ya no vela
Rosario tendré en mi pechera.
Rinconcito, rinconcito
si es que aquí me muero
me sobra me sobra hasta el cielo.
Juan Manuel Braza Benítez
‘Los panchitos de Guardalajarra’ – 1999